De repente, abrí los ojos.
Me sentía confundida. Ese lugar me sonaba. Era extraño. Era el mismo lugar que el de mis sueños. 
¿Seguiría soñando?
Avancé por aquella calle llena de gente...me sentía sola a pesar de estar abarrotada. Era fácil acomplejarse de insignificante en aquel lugar, las personas iban caminando atropelladamente sin mirar lo que dejaban a su paso: las luces de los coches que se mecían al ritmo de las estrellas, escaparates llenos de ilusiones, distintos olores que se mezclaban en el ambiente dándole una fragancia especial...
Pero nadie se percataba de ello.
Inmersos en sus preocupadas vidas se olvidaban de los detalles.
Se olvidaron de las cosas importantes. Del amor, y de sus bellas vistas.
Sentí pena por todos ellos. Por mí.
Seguí caminando. La vida no podía ser así. Sin colores y sin sonrisas. Era diferente, sólo que aún muchas personas no lo habían descubierto. Muchas como yo.
Y fue entonces cuando te ví.
Cuando tú entre toda la multitud levantaste la mirada hacia mí. 
¿Cómo era posible que se fijara en mí, sintiendome tan pequeña e insignificante? 
Me acerqué apenas unos cuantos pasos para asegurarme de lo que veía.
No. Esos ojos no podían ser de esta tierra. Aquello era una fantasía para distraerme. 
Eso me pasaba por soñar despierta. Se acabaron los sueños. Tenía que centrarme en la realidad.
Pero tú no bajaste la mirada. 
Seguías observándome con curiosidad mientras yo intentaba entender qué era ese hormigueo que me recorría el cuerpo.
Todo se volvió oscuro. 
Amanecí entre las sábanas de mi cama. Sí. Había estado soñando. Aquel chico de ojos verdes no podía ser real.
Sin embargo, cada noche yo entraba en sus sueños, y dejaba que él entrase en los míos...
Confundí la ficción con la realidad. La confundía a todas horas...
Ahora sé, que tu me salvaste de mi ficción, y me salvaste de mi realidad. Tu eres mi sueño y mi despertar. 
Por Fantasia vs Realidad 

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