¡Y que todas nuestras tristezas...se hayan muerto de la risa!
Soy de las que sale bailando empapada de la ducha. De las que cuando tienen un día estresado lo pagan con el que no debe. De las que a veces se siente mejor estando sola. De las que lloran con las películas. De las que van con el miedo a fallar pero se entregarían. De las que escribe su nombre en los cristales empañados y luego lo borra intentando convencerse de que no volverá a hacerlo. De las que se quedan hasta las tantas para hablar con él. De las que se emocionan cuando bailan en las fiestas. De las que se mojan. De las que piensan que pueden cambiar el mundo durante una noche porque lo acaban de ver en una película. De las soñadoras. De las realistas. De las que tienen expectativas. De las que no se entienden ni ellas pero saben lo que quieren. De las que son capaz de sacar una sonrisa en sus peores dias. De las que no le gusta hacer la faena. De las que les entra la risa tonta. De las que les encanta quedarse hablando toda la noche. De las que buscan magia en las palabras. De las que la música les transporta. De las que son celosas. De las que encuentra algo bueno en cualquier persona. De las que se quedan tumbadas en la cama pensando un porqué.
Mi delito es la torpeza de ignorar que hay quien no tiene corazón.
Es actuar sin pensar, dejarse llevar, tirarse a la piscina vacía, caer y no sufrir, reír y llorar, volvernos locos. Es tristeza y alegría, soledad y compañía, sacrificio y paciencia, pasión y vergüenza, descontrol y rabia, celos y locura, comprensión y cordura. Es ganar confianza, es fuego sin llama, lluvia sin nubes, calor sin sol, frío en verano, reír sin ganas, correr sin moverse, soñar despiertos y volar sin alas. 
No hay reglas, ni distancias, ni problemas. No hay barreras que no podamos saltar, ni faltan fuerzas para luchar, porque en el amor vale todo, absolutamente todo.
           Días buenos, días malos. Días en los que estabas mejor en la cama. Días en los que sin mover un dedo tienes todo lo que siempre quisiste. Días en los que sale todo, días en los que no te sale nada. Días con suerte, días con meteduras de pata. Días en los que encuentras cinco euros, días en los que pierdes seis. Días en los que te sientes capaz de ser dueño del mundo, días en los que no tienes fuerza ni para quitarte las sabanas. Días en los que ríes. Días en los que lloras. Días en los que no sabes si reir o llorar.
Es que ella siempre quiso un chico que fuera capaz de decir supercalifragilisticoespialidoso al revés, capaz de desenvenenar las manzanas de la malvada reina, de despertarla con un beso de un sueño que duró miles de años, de tratarla como a una princesa en un cuento de hadas, que tuviera el castillo más maravilloso nunca visto, que su príncipe azul fuera el más hermoso de todo el reino, y por supuesto, que le haría sentirse feliz en cualquier lugar del planeta.
El valor de las cosas no están en el tiempo que duran, sino en la intensidad con que suceden. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables.