Al llegar, la vimos. Allí, acompañada por millones de estrellas. Perfectamente redonda, sonriente, y ahora blanca. Plena de belleza y luminosidad. Entonces, te miré, aún sin palabras. Y tus labios buscaron los míos. Sólo para encontrarlos, y fundirlos en un beso. Y después de ver tu sonrisa perfecta, nos dispusimos a contar las estrellas del cielo, y prometimos que sería el número equivalente a las horas que pasaríamos juntos.
aaa *----*
ResponderEliminarme encanta me encantaa (:
el amor es lo mejor , aunque a veces duela .. es lo que nos hace felices :')